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Glosario términos financieros

Bolsa/Acciones

Una acción es una parte del capital de una empresa, y representa la propiedad que tiene una persona de una parte de la sociedad. Las acciones son transmisibles libremente y dotan al titular de derechos económicos y políticos.
El lugar donde se realizan las negociaciones para la compra y venta de valores, como las acciones de sociedades o compañías anónimas, es la Bolsa de Valores.
Las acciones, como inversión, representan una inversión en renta variable, ya que no tienen un retorno fijo establecido por contrato, sino que dependen de la marcha de la empresa. Por tanto son un producto que para el ahorro entraña riesgos, ya que su rentabilidad no es fija.
Además de derechos económicos, las acciones dan derechos políticos, es decir, a participar en las decisiones de las empresas. Los pequeños accionistas, aquellos ahorradores que tienen unas pocas acciones, son mayoritarios en las empresas que cotizan en Bolsa. Sin embargo su escasa capacidad de organización y presencia en las juntas generales de accionistas, hace que sean una figura anecdótica sometida a los dictados del Consejo de Administración. ADICAE aboga por la unión organizada de los pequeños accionistas, que se hallan tan indefensos en sus derechos como consumidores.

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Bonos autonómicos

Las comunidades autónomas, corporaciones locales y diversos entes públicos emiten valores a corto plazo (pagarés) y a largo plazo. Sus características son similares a las de las Letras del Tesoro y los bonos y obligaciones del Estado, respectivamente. Antes de lanzarse a una posible contratación el consumidor debe conocer otros puntos. Primero: Tendrá que tributar a Hacienda un 19% como retención a cuenta del IRPF. Segundo: Si no es cliente de alguna de las entidades colocadoras, le cobrarán diversas comisiones por apertura de cuenta o, incluso, por custodia de los bonos. Tercero: El consumidor debe asegurarse de que, ciertamente, no se le cobrarán comisiones al vencimiento. Cuarto: Estos bonos no están garantizados por el Fondo de Garantía de Depósitos. Cinco: Este tipo de bonos son muy difíciles de vender en el mercado secundario si el consumidor necesita retirar el dinero antes de tiempo.

Bonos convertibles en acciones

Son productos financieros a largo plazo. Por lo general, su fecha de amortización alcanza los cuatro o cinco años y se caracterizan por su naturaleza híbrida. El banco ofrece un interés fijo mientras dura el bono y, al final del periodo, se canjea por acciones de la entidad. El peligro es que el ahorrador se convierte en accionista del banco y el producto que parecía una inversión con un interés a plazo fijo se convierte en otra que depende de mercados de renta variable, con riesgo de perder dinero. Producto tóxico que el pequeño ahorrador debe evitar contratar si no quiere jugarse sus ahorros.

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Bonos y obligaciones del Estado

Valores de deuda pública, emitidos por el Tesoro del Estado a un plazo superior a dos años. Son productos de inversión similares excepto en el plazo de duración. Son títulos de interés periódico y expresado como un porcentaje del valor nominal del activo, característica que los diferencia de las Letras del Tesoro.

Cédulas hipotecarias

Se trata, básicamente, de bonos sostenidos como garantía con préstamos del banco emisor. Es decir, el consumidor le presta dinero al banco y tiene como garantía préstamos hipotecarios ya otorgados. El banco a su vez utilizará lo que el consumidor invierta para nuevos préstamos. Se trata de un producto muy beneficioso para la Banca, ya que son a largo plazo y, a pesar de que la entidad paga más al consumidor que por un depósito a plazo fijo, juega con la  supuesta dificultad de perder liquidez.
Funcionan como una mezcla ente un depósito a plazo fijo a largo plazo y un bono: por un lado el consumidor debería recuperar lo invertido más el tipo de interés acordado una vez que venza el título; y, por otro lado, son un bono porque se venden en el mercado AIAF en caso de necesitar liquidez. Pero son un producto complejo y en cierta manera arriesgado porque, a diferencia de los depósitos, no están garantizadas por el Fondo de Garantía de Depósitos y porque deben venderse en un mercado secundario como es el AIAF, con la posible pérdida de rentabilidad que ello conlleva ya que se trata de un mercado muy difícil y que con la crisis financiera está prácticamente colapsado.

Cuentas corrientes o depósitos a la vista

Producto a través del cual el usuario puede ingresar dinero en efectivo en una entidad, quedando ésta obligada a su devolución en el momento en el que así lo solicite el cliente (de ahí que se denominen “a la vista”). La entidad depositante presta un servicio “de caja”, de manera que se compromete a realizar pagos y cobros que el usuario le encargue o le haya autorizado a realizar. Por ejemplo, ingresos en efectivo, domiciliación de recibos (luz, agua, gas, teléfono,...). Por lo general, aunque no siempre, la entidad ofrece al usuario una remuneración o tipo de interés por el dinero depositado, pero debe saber que este porcentaje es mínimo, testimonial. Negocie las comisiones de mantenimiento para evitar que su ahorro se vea reducido.

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Cuentas o libretas de ahorro

La cuenta de ahorro, con la finalidad de dar mayor permanencia al saldo depositado, puede ofrecer menos facilidades para realizar ingresos y pagos. No suele existir la posibilidad de tener un talonario de cheques. En muchos casos tampoco permiten domiciliar recibos o realizar pagos habituales. Para compensar estas restricciones, las entidades pueden dar un tipo de interés más alto que en las cuentas corrientes, aunque al igual que en estas últimas suelen ser ridículos. Negocie este interés con su entidad financiera o compare entre diferentes entidades.

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Depósito a plazo

Es un producto de ahorro a través del cual el consumidor entrega una cantidad de dinero a una entidad financiera durante un tiempo determinado. Transcurrido el plazo acordado, la entidad devuelve la totalidad de esa cantidad más una remuneración pactada (superior a la de los depósitos a la vista). Aunque también se puede pactar con la entidad el cobro periódico de intereses mientras dure el plazo del depósito.
Habitualmente, los contratos de depósito a plazo incluyen la posibilidad de poder sacar o rescatar el dinero del depósito antes de que finalice el plazo acordado, a cambio de una penalización en la rentabilidad final o una comisión. Cuidado con las extrañas ofertas de determinados “depósitos” cuya rentabilidad se referencia a un índice o valor. Los “depósitos crecientes” u otras denominaciones similares pueden poner en riesgo su ahorro, pues no todo su dinero se mantiene en depósito, sino que se referencia a un índice varible (el Ibex, por ejemplo u otros más complejos).
La T.A.E. que refleja la rentabilidad del depósito está referenciada a doce meses. Por lo que si contrata un depósito de diferente duración deberá calcular su verdadera rentabilidad. El interés real que resulte será el que resulte de dividir dicha TAE entre doce y multiplicar el resultado por el número de meses que se va a tener ese depósito.

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Depósitos estructurados

Son productos en los que las entidades financieras, bajo la falsa denominación comercial de “depósitos”, no se comprometen a devolver el 100% de lo entregado a su vencimiento. Normalmente parte del capital invertido tiene una remuneración fijada de antemano, como un depósito tradicional, y otra parte del capital y su rentabilidad suele ir ligada a la evolución de varias acciones, normalmente de grandes y conocidas empresas que cotizan en Bolsa. Al vencimiento nos devolverán por un lado la parte del capital no comprometido y con un interés fijo, y la otra cantidad dependerá del valor que tienen en esa fecha las acciones por las que hemos “apostado”. De forma que si su valor es menor al inicial se puede llegar a perder parte de lo invertido. Evite contratarlos si es un ahorrador cauto.

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Fondos de inversión

Cantidad de dinero o patrimonio sin personalidad jurídica que se constituye con las aportaciones de todos sus inversores. El patrimonio es gestionado por una Sociedad Gestora y se custodia por una Entidad Depositaria. La Sociedad Gestora es la que decide en qué valores se invierte. Un certificado de participación representa los derechos de propiedad.
Las aportaciones que hacen los inversores se invierten en activos financieros con el fin de obtener la mayor rentabilidad posible, estos activos suelen ser: acciones, letras, bonos, obligaciones, productos derivados..., aunque también pueden invertirse en activos no financieros, como bienes inmuebles, arte... Ha sido una forma de ahorro colectiva muy interesante, pero también se han complejizado y sus costes y bajas rentabilidades han hecho perder el interés a los pequeños ahorradores. Los más comunes son:
- Fondos de inversión financieros: invierten en bonos, acciones y obligaciones.
- Fondos de inversión en activos de mercado monetario(FIAMM): invierten en renta fija y letras del Tesoro.
- Fondos de inversión no financieros: invierten en bienes inmuebles.
- Fondos de inversión mobiliaria (FIM): invierten en activos y deuda pública.

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Futuros

Es un contrato a través del que se acuerda comprar o vender una acción a un precio fijado, en una fecha futura determinada. La diferencia con la opción es que mientras ésta representa un derecho, que se podrá ejercitar o no, el futuro es una obligación, es decir, llegada la fecha de vencimiento del contrato hay que comprar (o vender) la acción.

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Letras del Tesoro

Son valores de renta fija a corto plazo que se emiten mediante subasta realizada por el Banco de España –importe mínimo de 1.000 euros o múltiplos de 1.000- y se compran siempre al descuento: Si el interesado pide por ejemplo 1.000 euros a 12 meses y el interés al que se las dan es del 5% recibirá al cabo de 12 meses 50 euros, pero al ser al descuento sólo desembolsa 950 euros en el momento de la suscripción y cuando se amortiza la letra, al cabo de los 12 meses, recibe los 1.000 euros. En caso de necesitar anticipadamente el dinero antes del vencimiento de las letras del Tesoro, debemos acudir al mercado a venderlas. Es posible que el precio de la letra se haya movido al alza o a la baja pudiendo incluso llegar a perder dinero.

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Opciones

Son un contrato que establece un instrumento financiero derivado que da a su comprador el derecho, pero no la obligación, a comprar o vender el activo en cuestión (bonos, acciones) a un precio fijado, llamado strike, hasta una fecha de vencimiento concreta. Pueden ser de compra (call) o de venta (put). Producto tóxico, no se juegue su ahorro.

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Participaciones Preferentes

Producto financiero complejo no garantizado por el Fondo de Garantía de Depósitos con características de los productos de renta fija y de las acciones. Son de carácter perpetuo, por lo que si se quiere recuperar el dinero hay que ponerlo a la venta y esperar a que alguien lo compre al precio que marque el mercado secundario (pudiendo ser este muy inferior al capital inicial aportado). Producto complejo y tóxico. ADICAE está llevando una intensa campaña en defensa de cientos de miles de afectados por la venta masiva e indiscriminada de este producto.

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Perfil de riesgo

Capacidad que tenemos para asumir pérdidas. Si su perfil de riesgo es medio, busca una revalorización moderada de sus ahorros, por lo que se inclinará más por los fondos mixtos. Y, si su perfil de riesgo es alto, tiene poca aversión al riesgo y sus expectativas de rentabilidad son elevadas, por lo que podrá decantarse por todo tipo de fondos. Para algunos productos de ahorro hay que rellenar un cuestionario para determinarlo. Suelen estar a disposición de los clientes tanto en Internet como en las entidades financieras.

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Planes Individuales de Ahorro Sistemático (PIAS)

Son un producto de ahorro-jubilación. Sirven para acumular un capital a lo largo del tiempo, que puede servir como complemento a la pensión pública de jubilación. Son un producto financiero exclusivamente asegurador, por lo que si quiere contratarlo tendrá que hacerlo con una entidad aseguradora. El objetivo final es el cobro de una renta mensual que dependerá del capital total acumulado. Esta renta vitalicia asegurada puede comenzar a percibirse una vez que hayan transcurrido 10 años desde el pago de la primera prima o aportación del ahorrador.

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Planes de Jubilación

Seguro de vida-ahorro con el fin de que el ahorrador obtenga un capital en caso de jubilación o fallecimiento. El usuario, a cambio de una prima que paga con una periodicidad determinada, de forma única o periódica (mensual, trimestral, semestral o anual), recibe el capital asegurado al término del contrato en caso de supervivencia, o con anterioridad a la fecha anterior si nos enfrentamos a casos de invalidez o muerte. En este último caso el capital lo reciben los herederos del beneficiario del seguro.

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Planes de pensiones

Producto de ahorro a largo plazo destinado para la jubilación. Se pretende crear por el ahorrador un complemento a la pensión pública de jubilación de la Seguridad Social. Este ahorro se produce a través de unos pagos periódicos (aportaciones) durante 1a vida laboral activa del ahorrador. Éste, denominado técnicamente “partícipe del plan de pensiones”, realiza aportaciones durante su vida laboral cuyo objetivo es formar un capital a largo plazo, que podrá recuperar a partir del momento en que se jubile. Cada vez son menos rentables y las comisiones muy elevadas.

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Productos tóxicos

Son aquellos ofrecidos por la Banca como productos con plenas “garantías”, y para un tipo de cliente especial, pero que luego resultan conllevar una rentabilidad no sólo variable, sino que tampoco está garantizado el capital principal ya que depende de índices variables y de la evolución económica y financiera. Participaciones preferentes, pagarés, cédulas hipotecarias, bonos obligatoriamente convertibles en acciones, deuda senior, deuda subordinada, obligaciones, notas estructuradas, warrants,...pueden considerarse productos tóxicos.

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Rendimiento histórico

Es un término relativo a los fondos de inversión, que indicará la rentabilidad anual de los últimos 10 años del fondo, en caso de que haya datos disponibles. Hay que tener en cuenta que una buena rentabilidad pasada no garantiza una buena rentabilidad futura. Lo que sí indicarán estos datos será la volatilidad del producto de ahorro (alzas y bajas de su valor).

“Swap”

Son un producto financiero en el que el cliente y el banco realizan una apuesta. Si suben los tipos de interés, el cliente gana, pero si bajan, pierde. Las ventajas ante una subida de los tipos están muy limitadas -en ocasiones, en torno al 0,1%-, mientras que las bajadas no tienen límites. El cliente sufre una pérdida íntegra. En realidad es un producto de inversión altamente especulativo y expuesto a pérdidas el cual es contratado sin que el consumidor conozca realmente su naturaleza. Se trata de un producto financiero legal, pero de muy alto riesgo, y por el que miles de personas se han visto obligadas a pagar cantidades enormes de dinero en concepto de un seguro que no era tal. ADICAE lleva a cabo una intensa campaña de lucha contra este producto.

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United Link / Unit Linked

Seguros de vida en los que las primas pagadas a dicho seguro se invierten en fondos o cestas de fondos de inversión, quedando el capital invertido vinculado a las participaciones en aquellos fondos de inversión elegidos por el asegurado de entre las posibilidades ofrecidas por la entidad aseguradora o el banco.

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Volatilidad del fondo

Término relacionado con los fondos de inversión. Si sus cifras oscilan mucho o tienden a ser más o menos homogéneas en el tiempo. La volatilidad se expresa en tanto por ciento. Una mayor volatilidad implica un mayor riesgo.

Warrants

Contrato o instrumento financiero derivado que otorga al comprador el derecho, pero no la obligación, mediante el pago de una prima, a comprar/vender un activo subyacente (como acciones, futuros) a un precio determinado (strike) en una fecha futura también determinada. El hecho de efectuar la transacción recibe el nombre de “ejercer” el warrant. Producto tóxico.

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