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Convenciones autonómicas de comités de afectados por fraudes financieros y de consumo

Ante los abusos de las grandes empresas y bancos: ¡Justicia Colectiva!

ADICAE ha celebrado el 15 de marzo convenciones autonómicas de comités de afectados por fraudes financieros y de consumo en todas las comunidades autónomas.

Con estas reuniones, en las que han participado 1.112 delegados desde todas las provincias españolas, ADICAE impulsa la organización de los consumidores que han sufrido los abusos de las grandes empresas y bancos para coordinar acciones que sirvan para luchar contra la impunidad empresarial, la pasividad institucional y la lentitud judicial.

Representantes de los afectados por las abusivas cláusulas suelo, por productos híbridos (preferentes y subordinadas), y por el “atraco eléctrico”, entre otros abusos y fraudes masivos, se han dado cita, junto a afectados por el fraude de Forum y Afinsa que 8 años después siguen luchando por una solución.

El conjunto de los delegados han concretado, a través de grupos de trabajo interconectados telemáticamente en las diferentes Comunidades Autónomas, los planes de actuación y reacción conjunta de los consumidores frente a las limitaciones y dificultades comunes que para la defensa judicial colectiva de sus derechos están afrontando en los diferentes problemas que les afectan.

Llegamos al año 2014 en un marco de continua impunidad por los fraudes y abusos a los consumidores, y de inacción por parte de los poderes públicos y la Justicia. Además nos amenazan con una “recuperación económica” en la que los consumidores seguiremos pagando las consecuencias de una crisis que no hemos provocado. Ante ello los ciudadanos han de organizarse y reivindicar sus derechos frente a todas estas instancias.

Por eso ADICAE reivindica un movimiento global, activo y crítico de consumidores, capaz de actuar y defenderse colectivamente que impida que los ciudadanos y consumidores sigamos siendo la pieza más débil, manipulable y vulnerable del sistema económico.

El devenir económico y social hace necesario dar respuesta colectiva a los retos de los consumidores para representar y defender sus derechos en los ámbitos del consumo que más afectan a su calidad de vida: energía, telecomunicaciones, sanidad, transportes y otros sectores controlados por las grandes cadenas de distribución. Son servicios que en mayor o menor medida están vinculados a la banca, al sistema financiero que cada vez controla más aspectos de la vida diaria.

Consumidores unidos y reivindicativos

El 15 de marzo de 2014 tiene una cara, la de los consumidores que están pagando la crisis y en especial la de los afectados por fraudes financieros, bancarios y de consumo: las 470.000 familias afectados por Forum, Afinsa y Arte y Naturaleza que 8 años después siguen sin justicia y con promesas de solución incumplidas, la de los 3.000.000 de ahorradores víctimas del fraude de las Participaciones Preferentes, deuda subordinada y otros productos tóxicos; la de los 4.000.000 de hipotecados con cláusulas suelo, y un largo etcéctera.

La acción colectiva es la única herramienta posible para la acción frente a dichos poderes, pero esta perspectiva ha de dar un salto mayor uniendo a los afectados por diversos abusos en una colaboración y solidaridad sin precedentes. Actuamos frente a una misma Justicia, ante unas mismas instituciones y contra unos mismos poderes económicos que aplican la máxima de “divide y vencerás”. Por ello es clave el encontrar puntos de encuentro y estrategias comunes donde los consumidores puedan anteponer su lema de “La unión hace la fuerza”. ADICAE es el movimiento social de los consumidores donde puede llevarse a cabo, y está estrategia tiene un nombre: la acción colectiva.

Reivindicamos un consumidor global, crítico y solidario

La situación actual de crisis económica, social y política tiene que ser el revulsivo necesario para que los consumidores se organicen colectivamente, superen las pautas consumistas y den paso a unas relaciones económicas en las que prime una verdadera soberanía del consumidor, frente a la farsa que nos vende la publicidad. Unidos y conscientes de nuestras posibilidades, podríamos condicionar el rumbo de la economía general a través nuestras decisiones y acciones colectivas.

Las entidades financieras y las grandes empresas son las culpables de todo tipo de irresponsabilidades y desastres económicos en una situación de absoluta impunidad y descontrol. Son esos mismos poderes económicos, que se han enriquecido antes de la crisis, los que buscan seguir enriqueciéndose después de ella, disponiendo las recetas económicas para refundar, en su propio beneficio, el mismo sistema económico-financiero, en el que el ciudadano-consumidor, si no actúa para impedirlo, puede verse cada vez más perjudicado.

Por ello creemos que solamente la acción colectiva, global y crítica de los consumidores, puede empujar el futuro hacia un nuevo modelo económico que favorezca los intereses de los ciudadanos y los proteja frente a los abusos, cada vez más habituales.

Señalamos que las instituciones políticas y organismos reguladores tienen responsabilidad por su acción u omisión posibilitando los fraudes y abusos masivos que seguimos sufriendo los consumidores en nuestro país. La situación de impunidad y falta de soluciones globales frente a estos abusos sitúa a España como un caso sin par en Europa y en el mundo.

Pedimos por tanto que este 2014 las instituciones políticas den soluciones colectivas para todos los fraudes y abusos bancarios. ¡Si quieren, pueden!

Los consumidores reclamamos Justicia Colectiva

Los fraudes colectivos (Forum-Afinsa, preferentes y subordinadas y otros fraudes al ahorro, cláusulas suelo en las hipotecas, clips, etc.) han demostrado que la Justicia para los consumidores no existe hoy en día. Por eso, ADICAE quiere reivindicar una verdadera justicia colectiva para los consumidores.

La única justicia eficaz frente a los abusos de las grandes multinacionales y las grandes entidades financieras es la JUSTICIA COLECTIVA. Sólo una justicia que agrupe a los miles y miles de afectados por un producto complejo, un contrato plagado de cláusulas abusivas, una publicidad engañosa o cualquier práctica fraudulenta puede dar un resarcimiento adecuado a los consumidores. Lo contrario significaría llevar a la justicia al colapso y la parálisis y abocar a los consumidores a batirse “de uno a uno y con el carnet en la boca” en los tribunales.

Para ello es necesario el impulso de una legislación y la sensibilización de jueces y personal técnico de los juzgados para que la tramitación de demandas colectivas sea una cuestión normal, habitual y propia de un estado moderno de derecho que protege los intereses de los ciudadanos y consumidores y no de los feroces intereses de las empresas.

¡JUSTICIA COLECTIVA YA!