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El precio de los medicamentos, una de cal y otra de arena para los consumidores

Las medidas aprobadas por el Ministerio de Sanidad el pasado año se han traducido en una paradoja: unos medicamentos han subido considerablemente de precio, mientras que otros han bajado. ¿Qué ha ocurrido? Las recetas se hacen por principio activo y las farmacias tienen la obligación de servir el medicamento -genérico o no- que tenga menor coste, por lo que se ha desatado una batalla de precios. Por otro lado, la exclusión de más de 400 medicamentos de la Seguridad Social se ha traducido en su aumento del coste para el consumidor en fármacos básicos.

 

El Real Decreto “de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones”, aprobado el pasado año, introdujo cambios en la prestación farmacéutica. Según esta norma, la prescripción para procesos agudos o crónicos puede hacerse por principio activo -el “ingrediente” principal del medicamento-, o por denominación comercial -por “marca”-. A la hora de comprarlo en la farmacia, el establecimiento debe servir al paciente el fármaco que cumpla la misma función terapeútica pero que tenga el precio menor. 

El médico puede recetar el fármaco por su denominación comercial, pero si este medicamento cuesta más que el producto con el mismo principio activo más barato, el farmacéutico debe cambiárselo por el de menor coste. Asegúrese como consumidor de que efectívamente le sirven el fármaco más barato. Hay una categoría de medicamentos “no sustituibles” en los que no se aplica lo anteriormente dicho. 

Algunos medicamentos son ahora más baratos

Esta nueva norma ha conseguido que los precios de algunos medicamentos incluidos en el Sistema Nacional de Salud hayan bajado. Las industria farmacéutica tiene la opción de solicitar cada mes la bajada voluntaria de los precios de sus productos. Mediante este mecanismo, se han ido produciendo rebajas, ya que a las empresas les resulta mejor estar entre los medicamentos de menor precio. Así están entre los de precio más bajo que las farmacias tienen la obligación de dispensar y no pierden cuota de mercado.

Más caros: los excluidos del Sistema Nacional de Salud

El cambio de normativa también trajo la exclusión de más de 400 medicamentos de la financiación del Sistema Nacional de Salud. En caso de ser recetados por el médico, el consumidor los debe pagar íntegramente. Medicamentos de uso común para aliviar síntomas menores, como antidiarreicos, laxantes, colirios, antiácidos o antitusivos quedaron excluidos. Solo algunos tienen excepciones, si el médico así lo determina para pacientes con enfermedades graves o crónicas.

Desde el Ministerio de Sanidad se dijo que “en principio” los precios de estos medicamentos no subirían. Para cambiar de precio, aunque los medicamentos estén fuera del Sistema Nacional de Salud, es necesaria la aprobación del Ministerio. En apenas unos meses ya hay fármacos que han duplicado e incluso triplicado su precio. El caso más llamativo ha sido el del anticoagulante Daflon, ha pasado de 8,8 a 19,98 euros. 

Genéricos

¿Cómo afecta al consumidor que en la famacia le ofrezcan el medicamento más barato? El paciente debe contar con la tranquilidad de que, aunque, si se da el caso, le dispensen un fármaco genérico, este cuenta con las mismas características técnicas y terapéuticas que los correspondientes medicamentos de marca. El genérico es en realidad la “marca blanca” de las farmaceúticas, un produto cuya patente ha caducado y que puede fabricar cualquier empresa. Así, son más baratos porque, a diferencia de los medicamentos originales de marca, en su precio no se repercuten los gastos derivados de investigación del principio activo. 

Los medicamentos genéricos se identifican por las siglas EFG (Equivalente Farmacéutico Genérico), que aparecen siempre a continuación del nombre del medicamento.  La eficacia y seguridad de los genéricos es la misma que la de todos los medicamentos. Todos los medicamentos, para ser autorizados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, deben contar con los requisitos establecidos de calidad, seguridad y eficacia y con los controles posteriores a su comercialización.

 

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