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El fin del 'roaming' podría llegar en 2015

Llamar desde el móvil a tu propio país desde otro estado de la Unión Europea podría dejar de ser una actividad peligrosa para el bolsillo de los consumidores. El Parlamento Europeo ha aprobado una iniciativa de la Comisión Europea para poner fin en 2015 al 'roaming', los recargos que aplican las operadoras a los usuarios por este concepto.

El 15 de diciembre de 2015 sería el último día que las compañías de móvil podrían cobrar un sobrecoste a los usuarios que llamen desde un estado de la Unión Europea a su país de origen. Unos gastos que han hecho temblar a muchos consumidores, que a su vuelta de un viaje han encontrado facturas abultadas, y que han permitido hacer negocio a las operadoras. Además de para sangrar a más a los despistados, a las empresas les ha servido para desarrollar tarifas específicas para estas ocasiones. Vodafone, por ejemplo, cobra 4,84 euros al día por hablar y navegar en Europa. 

Ahora el Parlamento Europeo pone fecha de caducidad a esta práctica, tanto para los servicios de llamadas como para los de datos. Además, los eurodiputados han aprobado que se legislen reglas más estrictas para impedir que las empresas de telecomunicaciones pongan impedimentos al uso de aplicaciones que facilitan las comunicaciones, como Skype o Whatssap. 

Aunque las compañías se han quejado de que perderán ingresos y han hecho lo posible para evitar este momento, lo cierto es que son las que más tienen a ganar. La desaparción de obstáculos para las llamadas entre países hará aumentar el consumo -un 47% de los europeos afirma no realizar nunca llamadas de este tipo por miedo a los sobrecostes-, y por tanto sus beneficios.

Sin embargo, aunque en los medios de comunicación ya se ha dado por hecha esta decisión, lo cierto es que esta medida forma parte de una propuesta de Reglamento que la Comisión Europea presentó ya en septiembre de 2013. A pesar de los pasos dados, los Estados miembros todavía tienen que revisar esta propuesta de Reglamento, y faltaría todavía el acuerdo final para su aprobación. El objetivo final de las instituciones europeas, más que lograr mejores condiciones y servicios para los consumidores, es crear un mercado único de telecomunicaciones. Un marco que puede traer beneficios en algunos aspectos, pero que también podría llevar aparejadas fusiones de operadores a nivel europeo y la consecuente pérdida de competencia.   

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