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Nota de prensa

HIPOTECAS28/04/2021

ADICAE pide que se vigilen las condiciones en las que se firman moratorias y novaciones hipotecarias

Alrededor de 250.000 préstamos en España entraron en el mes de abril acogidos a la moratoria hipotecaria de la Autoridad Bancaria Europea, por un importe de algo más de 20.000 millones de euros.

Muchos de estos créditos pasarán a dudoso cobro en las circunstancias económicas actuales, y deberán renegociarse. Y otros préstamos no aplazados se añadirán también.

El INE viene registrando más de 600 novaciones hipotecarias diarias, en un ritmo de aumento exponencial que se acelera mes a mes. La cifra quintuplica las novaciones que se registraban hace un año.

La renegociación tipo: rebaja de cuota a cambio de más plazo de amortización y el paso a tipo de interés fijo, superior al 2%, ahora mismo un 50% más elevado que el variable.

Las asambleas hipotecarias convocadas por ADICAE en las principales ciudades españolas confirman la preocupación de los consumidores ante la evolución del crédito para vivienda.

La asociación exige a las entidades financieras que no se aprovechen de la situación de vulnerabilidad de muchos de los solicitantes de renegociación, pide condiciones asumibles para que las refinanciaciones no amenacen la economía de los consumidores, y advierte a las autoridades para que vigilen la evolución de la situación.

El número total de hipotecas con cambios en sus condiciones inscritas en los registros de la propiedad fue el pasado mes de febrero de 23.666, según la última estadística hipotecaria del Instituto Nacional de Estadística. De éstas, se registran 19.914 novaciones, con un aumento anual del 345%, un ritmo de más de 600 operaciones diarias que atestigua un cambio de tendencia en el mercado hipotecario.

La situación de vulnerabilidad de muchos consumidores hipotecados está obligándoles a pasar por el banco para renegociar su préstamo, y las moratorias auspiciadas por los gobiernos europeos sólo son una parte del fenómeno. Hasta el punto de que ADICAE prevé que este año, a este ritmo de incremento mes a mes, se cierren 300.000 novaciones, un nivel que no se alcanzaba desde el año 2011. 

ADICAE viene advirtiendo al respecto de estas moratorias de que son insuficientes, abarcan un periodo de tiempo demasiado limitado y, sobre todo, no son accesibles para una buena parte de los consumidores. La propia patronal bancaria ha venido señalando que las moratorias solo alcanzaron a un 10% del volumen de crédito en vigor. No concuerda eso con las necesidades de los consumidores; en el 16% de las consultas recibidas por la Asociación, los consumidores piden orientación sobre las moratorias o los impagos de las hipotecas a consecuencia del desempleo o los ERTES sufridos con la crisis del COVID.   

El modelo de refinanciación tipo incluye el paso de interés variable a interés fijo, en muchas ocasiones por encima del 2%, y un mayor plazo de amortización, a cambio de rebajar la cuota hipotecaria. La modificación expresa del tipo de interés supone cambiar la referencia de Euribor más diferencial por un interés fijo que en estos momentos de tipos en negativo no beneficia a los usuarios. La propia banca prevé, de hecho, que el Euribor permanezca en negativo durante toda esta década, hasta 2030. 

El INE confirma que el tipo de interés fijo en las hipotecas se dispara a un 2,88 de media, lo que explica en buena medida que la banca imponga cada vez más préstamos de esta clase. Más de la mitad de las nuevas hipotecas se firman ya a interés fijo, y las novaciones están ayudando también a elevar esa proporción.   

ADICAE insiste en una moratoria legal de dos años a los embargos y ejecuciones hipotecarias, evitando la incertidumbre y estableciendo plazos suficientes para que llegue la ansiada recuperación económica. Esta propuesta permitiría además poner coto a la discrecionalidad que se ha concedido a la banca para aplicar sus propias medidas aprovechando el escaso control y el carácter provisional de las medidas existentes. La asociación exige a la banca que no se aproveche de la vulnerabilidad de los consumidores, y a los supervisores bancarios que vigilen en qué condiciones se modifican los préstamos hipotecarios en España.

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