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ADICAE plantea a la ONU que incluya la participación de los consumidores en sus Directrices para la Protección al Consumidor

Las Directrices de las Naciones Unidas para la protección del Consumidores constituyen, desde su aparición en 1985, un elemento importante para las políticas de defensa de los consumidores a nivel global. Así lo reconocía el Informe sobre la aplicación de estas Directrices de julio de 2013, que señalaba que “en ellas se ha basado un número considerable de leyes nacionales de protección al consumidor”. Es por ello que ADICAE ha considerado fundamental aportar sus comentarios y alegaciones al documento de reforma de estas Directrices, cuya redacción está en manos de un Grupo de Trabajo.
La última reforma a la que se sometieron estas Directrices data de 1999. Desde entonces, mucho ha cambiado la situación de los consumidores de todo el mundo. La extensión del uso de las nuevas tecnologías, de manera que buena parte del consumo mundial ya pasa por estos canales, y una crisis económica que ha sacudido de una forma u otra a buena parte del globo han modificado sustancialmente desde entonces la realidad de los consumidores, por lo que para ADICAE es imprescindible una revisión profunda de las Directrices.
La experiencia de ADICAE en la defensa de los consumidores financieros
ADICAE ha sido testigo a lo largo de su trayectoria del daño que el descontrol de la globalización financiera está provocando en los consumidores. Sirvan de ejemplo reciente los productos estructurados de Lehamn Brothers y las participaciones preferentes y deuda subordinada comercializados indiscriminadamente por numerosas entidades de crédito en diversos países entre millones de consumidores, con el único propósito de tratar de sanear sus cuentas. A esto se suma el creciente número de embargos a millones de familias por todo el mundo como consecuencia de una irresponsable actuación de la banca en la concesión de crédito, la colocación de cláusulas abusivas, y un largo etcétera de abusos. En todas estas cuestiones ADICAE está defendiendo en España a cientos de miles de consumidores, por vía judicial y extrajudicial. La ONU debe dar un paragüas normativo para que esta defensa mejore y se extienda en todos los países.
La necesaria implicación de los consumidores
La acción estatal se ha hecho insuficiente en el mundo globalizado y se hace necesario fortalecer y dotar de mayor legitimidad a las instituciones internacionales, tanto política como económicas, y crear otras nuevas capaces de reforzar la acción de los Estados. Unas instituciones y organismos que no pueden ser ajenos a principales agentes de consumo, los propios consumidores, que deben estar representados a través de sus asociaciones en estos foros internacionales.
Las propuestas de ADICAE para las Directrices siguen este precepto de participación, y piden introducir mención expresa al consumidor de servicios financieros. Así, las principales aportaciones de la asociación al Grupo de Trabajo de la ONU para la reforma de estas Directrices son:
Apartados específicos para los Servicios Financieros y el crédito
Dada su importancia, los servicios financieros deben incluirse como nuevo tema dentro de las Directrices de la ONU. Así, ADICAE propone la inclusión de apartados específicos para Servicios Financieros. Debe incluirse la referencia a un “crédito responsable”, desde la perspectiva de un crédito concedido adecuadamente conforme a criterios de evaluación justa y capacidad para generar recursos para el consumidor. Es los créditos hipotecarios, es necesaria una adecuada tasación, no manipulada por las entidades, del bien objeto de garantía. Asimismo, debe haber garantía de un ahorro previo (20-30% del valor del inmueble) en préstamos para adquirir una vivienda. Los créditos deben comercializarse con transparencia y sin condiciones o cláusulas que vayan contra la economía de los consumidores. Las entidades deben asumir su responsabilidad en el caso de créditos concedidos de forma irresponsable; es además necesaria una normativa que prevenga el sobreendeudamiento. Deben extenderse unos estándares mínimos de protección a los consumidores frente a los embargos, mediante reformas que permitan renegociar la deuda y paralizar los procedimientos de ejecución si procede, para evaluar la responsabilidad de la situación.
Controlar la comercialización de productos de riesgo
En el ámbito del ahorro-inversión, la proliferación de productos financieros complejos y su comercialización creciente entre pequeños ahorradores requiere medidas contundentes para controlar su colocación adecuada a los usuarios según su perfil. Aquí la experiencia española demuestra que ni las entidades respetan la normativa ni hay mecanismos adecuados para hacerla cumplir. Para facilitar la contratación a los consumidores, ADICAE propone que las Directrices establezcan criterios básicos para la elaboración de un protocolo de “productos financieros blancos”, sencillos y que excluyan productos tóxicos, cláusulas abusivas, etc. En otro ámbito del ahorro, el de las las pensiones privadas, se hace necesaria una normativa clara que recoga expresamente una mejora en los derechos de los pequeños ahorradores.
Dos agencias de control financiero frente a la actual ineficacia
En cuanto a los organismos reguladores de protección al consumidor en el ámbito financiero, la crisis ha demostrado su ineficacia a la hora de de regular y supervisar las entidades bancarias en la comercialización de productos, tanto de crédito como de ahorro. Por ello ADICAE propone la creación de un organismo de control y supervisión financiera basado en el Modelo Twin Peaks, dos Agencias autónomas: por un lado, una Agencia de supervisión de solvencia y prudencial; por otra una Agencia de protección a los consumidores y de normas de conducta (con participación de los representantes de los consumidores). Además, debe plantearse que los reguladores sirvan como canales de dialogo eficaces entre operadores del mercado financiero y organizaciones de consumidores.
Control necesario de la publicidad financiera y su difusión
La información y transparencia en la contratación de productos y servicios financieros es fundamental. Por ello, es necesario un control del contenido y la difusión de la publicidad financiera, así como garantizar que la denominación comercial de los productos responda a su verdadera naturaleza. Las comisiones y gastos deben ser justos y estar monitorizados.
En necesario incentivar sistemas de resolución de conflictos extrajudiciales
Fuera ya del ámbito estrictamente financiero, ADICAE propone que las Directrices incluyan una mención expresa a la necesidad de crear e incentivar sistemas de resolución de conflictos extrajudiciales adecuados a los consumidores. También debe quedar claro en las Directrices futuras que la información al consumidor no es la solución exclusiva, desde una perspectiva preventiva, para evitar situaciones de riesgo y fraude para los consumidores y usuarios.
Educación al consumidor crítica y con la aportación de las asociaciones
En el ámbito de la educación al consumidor, en especial en el ámbito financiero, esta se ha de diseñar teniendo en cuenta las aportaciones de las organizaciones de consumidores. Debe ser una educación bajo los criterios de responsabilidad, crítica y alternativas.
Las asociaciones de consumidores deben participar en instituciones y organismos
Para ADICAE es fundamental que las futuras Directrices destaquen el papel e importancia de las organizaciones de Consumidores como mecanismos de representación de los legítimos intereses de los consumidores. Esto debe pasar por el fomento de su participación en plano de igualdad en todas las instituciones y organismos públicos que tengan vinculación a sus derechos y al desarrollo y aplicación de los mismos, incluidos los servicios financieros. Esta participación debe conllevar un poder negociador, para que los consumidores, a través de sus organizaciones, sean capaces de negociar soluciones ante problemas colectivos.
Una Agencia permanente de representantes de los consumidores financieros
Por último, ADICAE solicita al Grupo de Trabajo de las Directrices de las Naciones Unidas para la protección del Consumidores el establecimiento permanente de una Agencia Internacional de Representantes de los Consumidores de Servicios Financieros. Esta agencia, formada por representantes de asociaciones de consumidores financieros, evaluaría la situación de los consumidores financieros en cada país y elaboraría propuestas conjuntas de reforma y mejora que se presentarían en las reuniones de diversos organismos internacionales, tanto la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) como el G-20 y otras. La UNCTAD, a través de este Grupo de Trabajo, debe organizar un Foro Internacional de Representantes y Expertos en Protección al Consumidor Financiero.